viernes, 27 de julio de 2012

El Sistema Revolucionario del Islam

Bismillahi Rahmani Rahim
El Islam es el auténtico sistema revolucionario que el ser humano necesita para tener una vida buena y correcta en este mundo y llegar limpio a la Próxima Vida ante la Presencia de su Señor Todopoderoso.
Ante todo el Islam enseña la Responsabilidad. Ser responsables en cuanto a la salvaguarda de nuestros derechos, los derechos de los demás y los derechos de Allah Todopoderoso. Para esto se hace necesario el conocimiento. Conocer cuales son los derechos correspondientes a cada uno hace germinar el sentido de responsabilidad tanto individual como comunitario y universal.
Para el ser humano el conocimiento primordial debe ser conocimiento de si mismo: conocimiento de sus posibilidades, de sus defectos, de su propósito en la creación, de su lugar en el mundo. Este conocimiento de si mismo debe resultar en una transformación radical de la conciencia que percibe y experimenta la realidad de las cosas.
La revolución es lo opuesto al anquilosamiento. Revolucionar es poner en actividad lo que el hábito y la costumbre enquistan en nosotros mismos. Para esto, las enseñanzas del Islam son una fuerza movilizadora que impelen a la acción virtuosa, al gobierno de si mismo y a la trascendencia personal. Esto sólo es logrado mediante la activación de las potencias interiores del ser humano, potencias que se ven mermadas y relegadas al ostracismo por el hábito y la costumbre que se imponen desde lo más exterior, superfluo e innecesario del hombre.
Es así que la transformación de la conciencia debe producirse desde la movilización interior y debe traducirse en la transformación necesaria de lo exterior. Allah Todopoderoso es la fuerza movilizadora en Sí misma, por lo que todo movimiento interior encuentra su raíz y su procedencia en esa fuerza todopoderosa que, asimismo, Allah hace manifiesta en toda Su creación.
Reconocer a Allah Todopoderoso es reconocer la potencia generadora que está en la raíz de todas las cosas. Desconocer a Allah Todopoderoso es fundamentalmente desconocimiento de uno mismo, por lo tanto, quietud, inercia, anquilosamiento, fuerzas negativas que promueven la destrucción, la opresión, la injusticia y la ignorancia en el ser humano y el mundo.
La auténtica revolución debe llevarnos al cambio de nosotros mismos, a la superación propia, a la corrección de las tendencias anquilosadoras del ego que sólo buscan la autodestrucción. Y ese cambio, esa superación, esa corrección, requieren esfuerzo; esfuerzo que valida y da significado al sentido de la responsabilidad propio al ser humano.
Las enseñanzas del Islam son principalmente valorizadoras. Para ser criaturas responsables ante todo debemos conocer el valor específico que tienen las cosas. Y con ‘valor’ no nos referimos al sentido moderno de lo cuantificable, sino al aspecto cualitativo de las cosas en su realidad esencial. Estos valores no pueden ser establecidos por el ser humano, criatura sometida a los límites de su propia contingencia, sino que son revelados desde la Fuente misma de toda cualidad. La cualidad es algo inmodificable, por lo que los valores resultados de ella no se circunscriben a las limitaciones espacio-temporales que tienden al cambio y a la impermanencia.
El Islam enseña valores eternos inherentes a la esencia motriz del hombre, y he aquí que su revolución aniquila los obstáculos que la duda, la ilusión y el oscurantismo se autoimponen desde los egos de la humanidad. “La Verdad ha llegado y lo falso no puede hacer más que desaparecer”.
Despertar, ver la realidad tal cual es, deshacerse de los velos que nos mantienen aislados de lo que somos, tener claridad de pensamiento ante la manipulación global que embota los sentidos de la humanidad y engrosa los sinsentidos del ego, purificarnos de los niveles propios de corrupción y ser capaces de sembrar lo sano para germinar con colores reales y vivos, aflorar la capacidad de discernimiento y dejar de acumular ilusiones falseadas que afeminan al espíritu y destruyen la esperanza, recuperar la sabiduría liberadora y devolver a su propia nada a quien desde la sombra intenta tiranizarnos… las herramientas y el poder para lograrlo se encuentran en nuestro interior; Islam nos enseña cómo utilizarlos.

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